El segundo día en Padova paseamos alrededor de la basílica viendo el espectáculo del Domingo de Ramos, que los italianos por lo visto se lo toman súper en serio...
Paseamos por el Pratto della Valle donde había un mercadillo y fuimos a comer pronto porque a las 15.30 teníamos entrada para visitar la joya de Padova, la capilla Scrovegni. El almuerzo lo hicimos en el Ristorante Al Fagiano. Tenía ese punto austero sencillo que he visto en la mayoría de restaurantes de rango medio de Padova y la comida no desilusionó aunque la pasta era muy variable en cantidades. Por lo que pude ver los platos de pasta en este restaurante eran todos primer platos, mientras que las opciones de segundo plato estaban basados en carne, pescado y verduras.
http://www.ristorantealfagiano.com/
Via Antonio Locatelli, 45.
La visita a la capilla Scrovegni (foto inferior) es parada obligada. La entrada incluye 15 minutos dentro de la capilla propiamente dicha. Ni uno más ni uno menos. Hay tres personas controlando la entrada y salida de visitantes en grupos con reserva de hora. Merece mucho la pena pero limitarlo a quince minutos quizá es un poco restrictivo después de pagar los 13 euros que vale la entrada. Una maravilla en cualquier caso. Con la entrada puedes visitar también un pequeño museo de arte con algunas obras interesantes de artistas italianos sobre todo del renacimiento y del barroco y también el museo arqueológico y el Palazzo Zuckermann.
Junto a la Ermita de Scrovegni se encuentra la Iglesia degli Eremitami, donde se conserva un fresco firmado por Mantegna. Entrada gratuita! Increíble.
La siguiente parada de nuestra ruta turística del domingo tarde fue el Palazzo della Ragione, donde por 4 euros se puede visitar un impresionante programa de frescos murales del siglo XIII en la sala principal de este palacio. Incluyen representaciones de los horóscopos y alegorías sobre los mismos.
Visita obligadísima.
Después se puede aprovechar para sentarse en una de las muchas terrazas de la piazza delle Erbe y disfrutar de la tarde rodeado de los paduanos que a esta hora salen a tomar su famoso aperitivo o un café...
La cena del domingo la hicimos en el restaurante del hotel (Casa del Peregrino) donde comí la mejor pizza en mucho tiempo. Y desafortunadamente, con esta cena terminaba nuestro periplo por Padova, ya que al día siguiente tocaba tomar un autobús en dirección a Venezia...
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